Todos creemos que algún día vendrá una persona maravillosa a
hacernos feliz… Quien nos lo dijo?...
La sociedad? Nuestros padres? Abuelos? Amigos?...
Quizás sean nuestros sueños los que nos revelan ese anhelo
de tener media naranja…
Pues no es así, es una necesidad que nos invade de encontrar
a alguien que llene los huecos de nuestra infelicidad.
Aunque llegase la persona más maravillosa del mundo esos
huecos no se llenarían. Ese vacío solo podemos llenar nosotros mismos, con
nuestro amor y respeto.
Tenemos que tratarnos a nosotros mismos, con mucho cariño.
Sentir que valemos la pena, que somos estupendos,
maravillosos y que tenemos mucho amor para dar y regalar… incluido a nosotros
mismos.
Quien va a querer a una persona llena de problemas, dudas, e
inseguridades.
Alguna vez aparece un alma caritativa que quiere curar tus
heridas y arreglar tu dolor, pero ponerle parches no sana, solo parchea.
El antibiótico del desamor a nosotros mismo, solo lo tenemos
nosotros.
Tenemos que fabricarlo con paciencia, para poder curarnos y
amarnos.
Quiérete, respétate, háblate a ti mismo sin atacarte, con
respeto y mucha paciencia, si no lo tienes tu contigo mismo…Quien lo va a
tener??
Se dice y se cree que todos nos hacemos espejos unos a los
otros, cuando tú no estás bien dentro las personas de tu alrededor actúan de
tal forma que te hacen de espejo.
Si tú te críticas a ti mismo, los que están a tu alrededor
te criticaran, si tú te hablas mal los demás te hablaran mal.
Entonces amate, quiérete y esa persona especial te sentirá y
acudirá a ti.
Será como tu una persona que se ama y respeta, porque somos
espejos; por eso busca el mejor reflejo en tu espejo…
Mignon.
Mignon.
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