Todos cuando somos pequeños vivimos de sueños, eso es una de las cosas más
hermosas de ser niño. La sensación de que algún día serás una cosa u otra, la
alegría de imaginar lo que vas a llegar a ser…
Pensábamos que íbamos a ser más fuertes que nuestros padres, que nuestros
héroes de cuentos, o más guapa que las princesas de las historias de esos
libros que llenaban nuestra mente de color, recuerdo todavía hoy algún dibujo
de esos libros que nos invitaban a soñar con mundos llenos de fantasía…
La niñez, ese tiempo en que el juego era tan real que éramos los mejores
actores del momento interpretando el papel al que jugamos tan bien que nos lo
creíamos, olvidando cualquier otra cosa que nuestros padres nos pedían hacer,
incluso la noción del tiempo.
Cuando nos venían a recoger siempre nos parecía que acabábamos de empezar a
divertirnos aunque lleváramos horas jugando…
-¿Dónde quedó esa ilusión?
-¿Cuando perdimos los sueños?
-¿Por qué ser adulto implica dejar de soñar?
Escrito en Marzo 2011
Mignon
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