Plácidamente duermo, y mientras duermo entre algodones mi
mente flota.
Camino por los viejos recuerdos de mi niñez,
Y me veo jugando en el campo,
El olor de la tierra mojada,
Esas tardes de otoño,
Cuando la luz era tan transparente,
Tan transparente que se ve Fuerteventura,
Veo la costa, y la puesta de sol,
Y oigo los motores de los barcos varados,
En la zona de Puerto Calero,
Me siento fuera y observo,
Pero mi madre me hace entrar,
Al entrar huele al quinqué y sé que estoy en casa…
Pero como todo sueño tiene que terminar, me despierto y no
estoy en Mácher.
Mi madre tampoco está…
Hay veces que nuestros sueños nos transportan a un tiempo
pasado. Es maravilloso, volver por un ratito.
El cerebro nos devuelve todos los olores, colores, sabores y
ruidos por un momento para recrear el pasado.
Gracias, a la vida que a veces me transporta a mi niñez.
Mignon
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